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La receta de hoy nace de dos ideas contrapuestas que al final al unirlas encajaban de maravilla. No siempre pasa, pero a veces una está sincronizada.

Hace poco, mirando mi jardín y más concretamente el limonero, me quedé pensando que una de las próximas recetas del blog tenía que ser algo de limón. La primera idea que me vino a la cabeza fue obviamente dulce y fruto de mis recuerdos de infancia: tarta de limón con merengue.  Aún recuerdo cuando mis abuelos venían a buscarnos a mi hermana y a mí los miércoles a la parada del autobús del cole, y nos llevaban a una pastelería clásica donde las haya y yo siempre me pedía lo mismo: pastel de limón. La galleta crujiente con el merengue espumoso y la acidez de la crema…mmm, puedo saborearlo. Ahora que lo pienso, me acabo de dar cuenta que  mi gusto por la acidez destacada y los contraste de texturas ya  los tenía de pequeña…vaya vaya.

El caso es que por otro lado, fui hace poco a comer a un restaurante vegano y de postre había tarta de limón «raw». La comida había estado muy bien para mi crítico paladar, pero al postre le faltaba toda la gracia de lo que tiene que ser un lemon pie! Esto me dio el empuje para hacer una tarta que de verdad supiera a limón y fuera más sana que la original.

Pensaba en la receta sin merengue, pero hace poco empezaron a cruzarse en mis lecturas una forma de hacer merengue totalmente inesperada y alucinante…flipante…tenía que probarlo! MERENGUE CON AGUA DE LA COCCION DE LOS GARBANZOS! Para los que no lo hayáis oído nunca, imagino vuestra cara jajaja (la misma que la mía cuando me enteré…) pero sólo ahora puedo deciros que es verdad.

Y como la sincronicidad estaba en aire, que mejor manera de probar el merengue que asociándolo al lemon pie que tenía en mente!

Las pruebas con el merengue fueron increíbles, tiré la primera eso  sí, pero la segunda salió bien y acompañaba muy bien a la tarta. Pero he de advertiros, ya que no he hecho muchas más investigaciones por falta de tiempo, que el merengue hay que hacerlo antes de servirlo todo. Es decir, si montas el merengue y lo pones en la tarta y esperas dos horas o tres, habrá empezado a soltar agua. Lo bueno del lemon pie es que lo puedes tener hecho con la antelación que quieras porque se conserva congelado de maravilla. Así que simplemente tienes que organizarte para tener el agua de cocción de los garbanzos en la nevera y montarla en el último momento o servir el merengue a parte y que la gente se sirva en su plato lo que le apetezca.

Pero si lo del merengue te da pereza NO HAY PROBLEMA! Así sola está de muerte! Yo al día siguiente de hacerla, tuve que retirar todo el merengue que había soltado agua, de ahí la lección de «hacerlo al momento», y estaba increíble. He conseguido la acidez equilibrada pero intensa que gusta a paladares varios potenciando un poco el color con un mágico ingrediente: la cúrcuma.  Y encima se puede tomar a cualquier hora! Quiero decir, que sí, puedes tomarla de desayuno! Sí has oído bien. Es una bomba de energía ya que lleva mucho fruto seco así que es perfecta para desayunar, después de hacer deporte o merendar! No veáis como le hincaba el diente mi hijo después de volver del cole el día que la hice…

Os aconsejo, aunque veáis las fotos de la tarta con bordes que la hagáis sin ellos. Es decir solo poned la base en el fondo. Ya tenía listo el post cuando la volví a hacer y me di cuenta de que sin base es más ligera. Así que forra el molde con papel, pon la mezcla de de lo que sería la «galleta» recubriendo sólo la base, añade la crema de limón y congélalo. Cuando veas que está bien duro, la desmoldas y la puedes guardar en el congelador tapada hasta que la uses o mantenerla en la nevera si la vas a consumir ese día.

Y para que os pongáis aún más contentos si cabe, sabed que la base de la tarta es perfecta para hacer bolitas energéticas. Puedes hacer el doble de cantidad de la receta y con una parte hacéis la tarta y la otra parte hacéis bolitas para tener a mano en la nevera. Vamos una receta 3×1!! Porque el relleno lo puedes hacer sólo también y ponerlo en vasitos pequeños (con o sin la base por abajo) con algún topping divertido tipo nibs de cacao o granola.

Ahora si que no hay excusa para practicar! Si queréis sorprender a alguien esta es tu receta! No se creerán que el relleno de limón no lleva ni huevo, ni mantequilla, ni azúcar blanco. Y ya se caerán de culo cuando le expliques de donde viene el merengue…

Ya me contaréis qué tal!

pd: preparaos porque tengo otra idea para usar este merengue (sin el problema de que suelte agua) que como salga bien…