Tzatziki con cereza y romero

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Esta receta que os comparto hoy, es mi vuelta, aunque lenta, a inspirarme con el mundo salado de forma intuitiva.

Es decir, veo un producto de temporada y lo asocio mentalmente con alguna idea que me ronde la cabeza sin pensarlo mucho. Aparece entonces el engranaje de todo lo aprendido, ya sea de experiencias gastronómicas , mirar libros, estudiar , viajar, observar… todos esos recuerdos se entremezclan en mi cerebro, haciendo sus propias asociaciones, y aparece una idea como la de hoy, que puedo ir improvisando sobre la marcha y ajustándola sin la presión o exigencia que supone una receta dulce de pastelería que necesita mucha más precisión.

Y esta misma sensación de libertad, quiero que la experimentes tú al hacerla. Es decir, que mires más allá de los ingredientes. Que no tienes romero fresco, pero empieza a abundar la albahaca, pues albahaca puedes añadir. Que las cerezas se han terminado, pues albaricoques, melocotón o ciruelas son bienvenidas! Y con mango y cilantro qué ME DECÍS!

Aprovecha y usa tu imaginación, rebusca en tus recuerdos. Las fresas también irían genial si en tu memoria tienes guardado por ejemplo, la referencia » fresas con nata» . Esto, desglosado es igual a : fruto rojo con lácteo, así que, de esa asociación puedo volver a la receta de hoy, y ver una semejanza de fruta roja con lácteo. Algo acuoso, floral y tal vez ácido, con algo graso. Las asociaciones clásicas tienen un sentido. Así que de ahí puedes partir a la aventura de las mil posibilidades : frutos rojos…. pues bienvenidas entonces también: frambuesas y moras por ejemplo. Deja volar tu imaginación, pero con criterio.

Un pequeño inciso importante, es dejar por escrito que esta receta al llevar la fruta y el pepino, tiene tendencia a soltar líquido y por eso es importante hacerla poco antes de servirla. Así como siempre insisto en que las elaboraciones mejoran con el reposo, en este caso, quedaría muy líquida. Con que lo dejes reposar una hora en la nevera es suficiente.

Y muy importante … cómprate un descorazonador de cerezas. Es súper útil y te permite hacer la receta de forma rápida y limpia. Lo puedes usar para aprovechar la temporada de cerezas y hacerte un stock en el congelador de cereza deshuesada, que podrás usar para hacer mermeladas, batidos, gazpachos, bizcochos con fruta…

Espero que disfrutes mucho la receta y la hagas a tu manera!

Con cariño

María

Ingredientes (4 personas)

470 gr cerezas (420 gr una vez deshuesadas)

250 gr pepino sin piel ni pepitas

150 gr yogur griego de cabra (o coco)

1/2 tsp +1/4 tsp de Romero fresco picado

10 gr menta fresca sin el tallo

1/4 tsp ralladura de limón

20 gr zumo limón

1 tsp sirope de arce (se puede omitir si es yogur de coco)

1/4 tsp pimienta negra

1/2 tsp sal marina

Preparación

  1. Deshuesar las cerezas en un bol profundo para evitar que salpique mucho fuera, al apretar el descorazonador. Reservar.
  2. Pelar el pepino, cortar a la mitad en sentido longitudinal y luego cada trozo a la mitad también en longitudinal. Quitar la parte central de las pepitas y pesar.
  3. Cortar cada pieza en trozos de no más de 1/2 cm de grosor. Reservar
  4. Picar muy pequeñito el romero fresco y después la menta y poner en un bol grande.
  5. Añadir a ese bol, la ralladura de limón, el zumo, la pimienta negra recién molida, la sal y el yogur. Remover con una varilla.
  6. Cortas las cerezas en 4 y añadir al bol del yogur chafando unas 5 unidades con un tenedor para que suelten jugo/color.
  7. Añadir el pepino y remover el conjunto con delicadeza hasta que esté homogéneo.
  8. Dejar enfriar una hora en la nevera y servir decorado con unas hojas de menta y unas cerezas enteras.

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