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El día que conseguí que la textura y el sabor de la salsa que os propongo hoy estuviera de muerte, no podía parar de darle vueltas al plato que podría acompañarla. En realidad podría haberla compartido así tal cual, y hubiera estado bien, pero me apetecía dar algo más, aunque sólo fuera una idea más concreta. Porque es verdad que esta salsa es la compañera perfecta de cualquier ensalada o plato combinado tipo Buddha bowl, y que también la podrías acompañar con cualquier verdura asada o incluso a modo de dip….

Pero las circunstancias se alinearon para que tuviera boniatos en casa y me viniera a la cabeza esa idea de boniatos rellenos que tantas veces he visto y nunca he llegado a hacer. Acababa además de hacer judías blancas  y me vino de golpe la ensalada que había tomado en mi viaje a Barcelona en El Pot  con judías blancas e hinojo con rallada de limón. El toque de ralladura es siempre una chispa de sabor y me recordó también esta receta de ensalada mediterránea con garbanzos, donde la piel de limón es fundamental .

Y como ya sabéis que los contrastes de sabores son lo que hacen que un plato acabe siendo redondo, en este tenía el dulzor del boniato y la judía, la chispa cítrica de la ralladura y la acidez del limón, el toque picante de la rúcola y la pimienta. Yeaaahhh. Y el cilantro por supuesto, que me pirra.

No os asustéis si os parece que es una elaboración muy larga o que hay muchos ingredientes. Pensad simplemente que lo único un poco elaborado, que realmente no lo es, si no que necesita tiempo, es la salsa. Son pasos que no necesitan mucho tiempo de acción: remojar , triturar, fermentar o sea esperar… Si la receta de la salsa se te resiste, siempre puedes hacerla con yogur de cabra y estará igualmente deliciosa.

Y una vez hecha simplemente es meter los boniatos en el horno y saltear las judías. Hago aquí un pequeño recordatorio de que las judías, como todas las legumbres es mucho mejor hacerlas en casa. No cuesta nada dejar a remojo un kilo por la noche y al día siguiente a la vuelta del trabajo cocerlas. Hazlo una tarde que no llegues muy tarde. Mientras que hierven puedes estar con tus hijos, preparar la cena o leer. Luego repartes lo que has obtenido y así tienes judías para otro día de la semana, puedes hacer humus al día siguiente y con otra parte, un guiso, una ensalada o unas hamburguesas vegetales. El resto de judías las congelas por raciones y con el caldo puedes hacer sopa de miso, un guiso o cocer quinoa por ejemplo. Si una vez al mes haces esto con cada legumbre siempre tendrás un stock rotando, lo cual te facilitará mucho las cosas. Además de mejorar tu economía y satisfacción personal.

Y te preguntarás….pues no sería más fácil coger un buen yogur lácteo y hacer las salsa directamente sin esperas ??? La respuesta es que sí, pero a mi me gustan los retos de poder hacer cosas ricas cambiando lo que para mi igual es demasiado fácil aunque también esté buenísimo. Poder encontrar una alternativa vegetal para poder tener más opciones y así, si hay gente que no puede tomar lácteos, tal vez pueda tomar esta salsa sin problemas.

Espero que la disfrutéis y ya os advierto que yo me la como a cucharadas jaja.