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Ahora ya si que parece que ha llegado el verano. Las temperaturas empiezan a subir y el cuerpo necesita frescor. Este frescor se ve reflejado en todo lo que nos aporta la temporada y en la manera de cocinarlo, o justamente de casi no cocinarlo… Para mi es la época más fácil de comer. Cualquier cosa en su estado natural fresco puede componer una ensalada o una sopa, fruta fresca como snack…. Quién no viviría a base de gazpacho, sandia o melón en verano? Y que casualidad que este modo de disfrutar plenamente de las verduras o frutas en su estado natural sin darle muchas vueltas, coincida con la época vacacional. Que sincronicidad! Todo se vuelve más simple y eso se agradece.

La receta de hoy no estaba pensada en un principio como algo detox o depurativo. Yo me dejo llevar por lo que veo en el mercado y por lo que mi mente relaciona a nivel sabores. Pero cuando luego pienso en las propiedades nutricionales del plato, resulta que los tres ingredientes principales son unos súper depurativos del organismo! Bingo! Y además, como se consumen en su estado crudo, estas propiedades se conservan intactas.

La remolacha es una de las verduras que mejor purifica el cuerpo, especialmente porque ayuda a limpiar la sangre de tóxinas y depósitos de grasa, a la vez que refuerza los glóbulos rojos. Muy importante es también su trabajo depurativo del hígado y vesícula, y su capacidad lubricante a nivel intestinal.

Las cerezas por su lado, tienen, gracias a ese color granate oscuro,(igual que la remolacha) una gran cantidad de magnesio y hierro que ayudan a estimular y limpiar el sistema digestivo, el hígado y la sangre. Tiene la capacidad también de eliminar el exceso de acidez en el cuerpo, lo que refuerza sus propiedades contra el reuma y la artritis.

Y qué decir de la cebolla, medicina en vena: antiséptica, diurética, expectorante, carminativa, anticancerígena, antibiótica y limpiadora de la sangre. Su contenido en azufre ayuda a eliminar la putrefacción y fermentación en el tracto intestinal, removiendo metales pesados y parásitos.

Vamos que la receta lo tiene todo: sabor y te ayuda a regenerarte!

Y aunque deshuesar cerezas te suponga un freno en la receta, ni lo pienses, en 10 minutos habrás terminado con un cuchillo, y si tienes un deshuesador ya ni te cuento la rapidez de la elaboración. Te recomiendo también rallar la remolacha para que el triturado sea más fácil, pero depende de la potencia de tu máquina.

Como alternativas te propongo cambiar las cerezas por cualquier fruto rojo o por fresas, o por una mezcla, y te recomiendo probar a poner un cuarto de aguacate troceado en cada vasito a la hora de servirlo.

A ver que os parece! Por aquí se está convirtiendo en un clásico…