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Con esta receta he llegado a la conclusión de que voy a vender mi máquina de hacer helados. Desde que hago helados a partir de fruta congelada o  a partir de batidos congelados en cubitos, ya no le doy ningún uso. Lo cual está bastante sincronizado con mi actual momento de deshacerme de todo aquello que no utilizo. Es un proceso liberador cuando tiendes a acumular demasiadas cosas. Todavía estoy en mi camino de simplificar el espacio que me rodea. Lo he conseguido en algunas “zonas” como la ropa, juegos de mi hijo y algunos espacios de la casa, pero por ejemplo en el tema libros y  cacharros de cocina me cuesta.

Lo importante es sentir esa sensación de soltar lastre poco a poco, desprendiéndote de lo que no es necesario ( en realidad hay tan pocas cosas necesarias… ). Cada semana o una vez al mes, reflexiono sobre qué zona de la casa tiene “mierda” acumulada y me centro en repasarla. Al vivir en una casa grande, es verdad que es más fácil acumular, por eso he empezado a tomar conciencia y a desprenderme de lo que se amontona sin sentido.

Pero bueno, que me voy por las ramas y me desvío de la receta de hoy.

Ante todo deciros que la cremosidad del helado de hoy es ALUCINANTE. Y yo, que soy una fanática del tema heladero estoy feliz con el resultado. Y el sabor, cuya intención era acercarse a esos cacahuetes salados con miel que hay para aperitivos, ha sido logrado.

Además, y esto es IMPORTANTE, comparto la receta de LA leche vegetal que me tiene enamorada y que os servirá para utilizar la leche de coco en polvo que te sobró si hiciste las trufas de leche condensada de coco. Y me encanta no sólo por su sabor, y lo fácil que es de hacer, si no porque además, no hay QUE COLARLA! Es decir no hay ninguna perdida! Gratificante.

Si no tuvieras leche de coco en polvo, podrías poner coco rallado molido (en un molinillo de especias unos segundos) si vas a hacer todo el proceso del helado. Si quieres probar a hacer solamente la leche, es mejor usar la leche de coco en polvo porque su sabor y resultado son increíbles. Lo bueno es que al hacer la receta de la leche usaras una parte para el helado y te sobrará para tomártela sola o con granola.

La idea de usar copos de avena y dejarlos a remojo para luego añadirlo al conjunto, vino porque quería hacer un helado/desayuno, algo contundente pensando en mi pequeño o si eres una persona deportista. Luego claro, se me ocurrió rematarlo, aunque no lo veas en las fotos con un poco de chocolate fundido por encima y unos nibs de cacao para una merienda golosa. Y entonces tu familia te hará la ola.

Cuando compres el puré de cacahuetes, fíjate que no lleve ningún ingrediente añadido extraño y sobre todo, nada de azúcar!. Yo el que compro sólo lleva sal.

La receta es súper fácil aunque veas varios pasos. Simplemente te tienes que organizar cuadrando tiempos de remojo o congelación.

Seguro que la disfrutas un montón!