Desayunos + snacks / Dulces + postres / Recetas / sin gluten / vegano

Mi relación con un desayuno caliente es bastante reciente. Mi primer invierno en Mallorca fue de una humedad tal, que acabamos todos con bronquitis. Bajar a la cocina a desayunar era un auténtico tormento. Desayunar fruta y tostadas (aunque fueran de nuestro súper pan de masa madre hecho en casa) no era suficiente sustento. Asi que mi chico propuso hacer porridge, como le hacían a él de pequeño. Pero claro, el suyo, al salir del fuego, lo cubrían con una capa de azúcar blanco para endulzar, que yo no estaba dispuesta a poner. Empecé a hacer pruebas, y mi hijo no se comía ni una cucharada. Momento frustración materno. Y como todo en la vida, con paciencia y sin forzar, este tipo de desayuno tan típico en los países del norte, ha ido encontrando un hueco en nuestras mañanas invernales. De hecho es algo tan habitual, que casi ya no hago pan!

Lo suelo hacer con copos de avena finos y semillas de girasol que dejo a remojo cubiertos con leche de almendra toda la noche. Pero desde que he descubierto esta variante con el amaranto, voy cambiando. He de reconocer que si no estás acostumbrado a su sabor, puede no gustar mucho, sobre todo a un niño, o no, quién sabe, son tan inesperados en cuanto a sabores.  Si ves que la receta con sólo amaranto no gusta mucho al principio, añade una parte de copos de avena.

Lo que más me gusta de este tipo de desayuno es que está abierto a infinitas posibilidades. Puedes cambiar los posibles toppings según te apetezca: semillas, frutas, polen, nibs de cacao, coco, especias…con lo cual nunca te aburres. Cada miembro de la familia puede escoger lo que le apetezca ponerse por encima!

Esta receta es una oportunidad perfecta para que practiquéis este tipo de desayuno, y para que empecéis a usar y conocer el amaranto. Partimos del alimento completo lo que a nivel nutricional es infinitamente mejor. El amaranto, como la la quinoa o el sarraceno, no es un cereal, pero se usa como tal.  Se conoce tanto en Sud América como en la India. Es una planta súper resistente y existen más de 500 variedades. Sus hojas verdes son llamadas «espinacas chinas». No contiene gluten y es una mini bomba nutricional: contiene más proteína que muchas legumbres, más calcio que la leche, y es muy rico en fibra y en hierro. Lo cual es perfecto para peques antes de ir a la escuela y mantenerles con energía mucho rato! (contrariamente a todos los cereales inflados (te venden aire) que contienen mucho azúcar y francamente no les ayuda nada por mucho que el paquete diga lo contrario). También es muy beneficioso para mujeres embarazadas o lactantes y personas que tengan un trabajo que conlleve un esfuerzo físico intenso. En un próximo post os explicaré lo fácil que es hacer amaranto hinchado para hacer barritas energéticas.

Lo importante de esta receta es dejar a remojo el amaranto en agua con una pizca de sal. Esto ayudará a que el cereal se cueza más rápido y sea más digesto, como cualquier semilla. Si prefieres hacerlo con una parte de copos de avena, dejas un bol con el amaranto cubierto de agua y otro bol con los copos de avena cubiertos con leche de almendra.  Después de recoger la cena lo dejas listo con un colador al lado para ahorrar un movimiento por la mañana. Yo dejo también preparado: la sartén con la cuchara de palo, las semillas o pieza de fruta que vayas a usar, la manteca de coco, y la canela. Una tabla de cortar al lado de los fuegos con un cuchillo. A la mañana siguiente agradecerás esta pequeña ayuda.

Y no te asustes porque tengas que manchar un cazo y cocerlo, de verdad que no se tarda nada. Si yo puedo hacerlo, tu también. La cuestión es organizarse, como siempre. Prueba a hacerlo la primera vez un sábado que tengas más tiempo.

Y tus hijos, o al menos sus cuerpos, te lo agradecerán.

Esta receta es una simple guía para que tú luego puedas encontrar tu propia versión. La mía  normalmente lleva canela y jengibre fresco que dan calor y son digestivos, manteca de coco,  ya que la grasa es muy importante porque ayuda a absorber las vitaminas y el calcio, compota de manzana (siempre tengo a mano porque la hago en casa, simplemente cociendo manzanas con una vaina usada de vainilla, y luego triturando sin la vaina) ayuda a endulzar además darle sabor, y miel.

Espero vuestras variantes e ideas!

PD: el día que ponía el post en el blog, desayuné los restos de porridge frío que habían sobrado del día anterior. OOOOHHH! Estaba buenísimo y con más sabor aún a manzana y además le puse nueces que le va mucho mejor. Asi que, si no ves nueces en las fotos es normal! Te lo aconsejo. Parece como si te estuvieras tomando un arroz con leche. Así que ya sabes, si te sobra de la mañana, puedes ponerlo en vasitos con compota por encima, nueces, un chorrito de sirope de arce y tomarlo de postre!.