Platos principales / Recetas / Sopas + guisos / sin gluten / vegano
Parece que hace siglos que no me siento a escribir una receta! Y es que entre las fiestas navideñas y la vuelta a la realidad, me ha costado volver a coger la rutina. Eso, y que ando inmersa en varios proyectos que suponen cambios importantes en mi vida (ya os contaré más adelante) y necesitaba tiempo para organizar mis ideas y mi espacio. Una de las decisiones importantes que afectan al blog es la de no seguir haciéndolo en inglés. Para mi ahora supone un lastre porque me quita agilidad en poner recetas nuevas y además me cuesta dinero, lo cual al sumarlo todo, se aleja del propósito actual de este blog que supone para mí un hobby, un espacio donde compartir mis ideas y desarrollar mi creatividad de forma fluida. Mis proyectos personales futuros afectarán al blog ya que no dispondré de tanto tiempo como hasta ahora, pero si el hacerlo bilingüe va a suponer encima ralentizarlo todo más, entonces quiere decir que algo no funciona. Mi intención es que podáis recibir recetas más a menudo aunque sean cortitas. Que sea algo dinámico y espontáneo. Así que tenía que tomar una decisión.
Y casualmente, el otro día volví a leer una frase que venía al pelo » By doing less, you do more». Pues sí, ese es el aprendizaje de simplificar.De rebajar exigencias. De no querer hacerlo todo y encima perfecto. De que lo que hagas sea un placer, una motivación y no una cuesta empinada con la que al final puedas acabar quemándote.
Así que una vez tomada la decisión, parece que la receta de esta semana es un ejemplo de esa necesidad de simplificar, de buscar lo sencillo. La receta la tengo lista desde hace más de un mes y tenía dudas de si compartirla o no porque igual era demasiado simple y nada interesante. Pero de nuevo me doy cuenta de cómo los niveles de exigencia me hacen desvariar a veces! La gente quiere sobre todo eso! Cosas sencillas y fáciles!
Así que como encima estamos en periodo de ola de frio siberiano al acecho, el momento es perfecto para sacar partido a esta crema que es súper nutritiva, digestiva y completa. Perfecta para combatir el frío, los resfriados y ponerse a tono.
La idea de acompañarla con cilantro y gomasio es para darle un toque final a nivel sabor y hacerla aún más nutritiva. Aquí tienes mi receta de gomasio de algas, que evidentemente es mucho mejor hacer en casa que comprarlo. Puedes hacerlo sólo con sésamo blanco si no tienes negro.
En los ingredientes veréis que especifico que las mandarinas sean ecológicas, que yo apuesto porque casi todo lo sea , pero aquí insisto, porque vas a usar la ralladura y no queremos rallar todos lo tóxicos que pueda tener si es de cultivo convencional.
Si te sobra crema para otro día, acuérdate de calentarla muy lentamente y que no llegue a hervir para no cargarte todas las propiedades del zumo.
Espero que os guste y os caliente cuerpo y alma.
Ingredientes (para 6 personas)
1,500 kg calabaza pelada y sin pepitas
250 gr lenteja roja (cruda)
3 tbsp aceite oliva virgen extra
1/2 (160 gr) cebolla
2 dientes de ajo
1 tsp jengibre fresco rallado
1 tbsp + 1 tsp sal marina
1/8 tsp pimienta negra recién molida
270 gr zumo mandarina (ecológica)
1/2 tsp ralladura mandarina
1/2 taza cilantro picado
gomasio
Preparación
- Corta la calabaza en trozos de 4x4 (más o menos).
- Enjuaga las lentejas y déjalas escurrir.
- En una olla grande rehoga 5 minutos a fuego medio, el aceite con la cebolla picada, los dos dientes ajo, la sal y la pimienta. Añade la calabaza y el jengibre, dale una par de vueltas y déjalo un minuto más.
- Añade a la olla las lentejas escurridas junto con 1750 ml de agua filtrada o mineral, tapa la olla y espera a que empiece a hervir.
- Quita la tapa cuando empiece a hervir y retira la posible espuma que salga.
- Baja el fuego y deja cocer 20 minutos o hasta que veas que las lentejas están cocidas.
- Mientras, ralla la piel de las mandarinas hasta que tengas 1 tsp y después haz el zumo. Pica también el cilantro pequeñito.
- Tritura el contenido de la olla con la ralladura hasta que tengas una crema fina. Ponlo en un bol grande y añade el zumo. Remueve con una varilla para que se integre bien. Rectifica de sal. Si está muy espesa puedes añadir un poco más de agua. ( también podrías añadir más zumo en caso de necesitar más líquido, porque el sabor final dependerá mucho de lo aromáticas que sean tus mandarinas).
- Sírvela en boles individuales con un chorrito de aceite de oliva, el cilantro picado y un poco de gomasio espolvoreado por encima.
- Disfruta!
Me encanta María , mañana mismo la hago
Gracias x tus recetas
GRACIAS GUAPA! ya me contarás!beso