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No hay nada como recibir un libro que llevas tiempo esperando, y comprobar que esa persona a la que admiras, escribe una introducción con la que te sientes totalmente identificada. Desde la vuelta a cocinar en casa con ingredientes de verdad, subiendo el porcentaje de vegetales, al valor de la comida como algo que nos nutre a distintos niveles y que no tiene porque ser algo complicado aunque nuestras vidas sean muy ajetreadas. No hay ninguna visión dogmática ni extremista, sino una llamada realista para recuperar el amor y la pasión por los productos que nos ofrece la tierra, que a la vez que nos deleitan con su sabor, nos cuidan físicamente. Nada de etiquetas, ni productos raros o de moda y mucha flexibilidad.

El libro está dividido en tiempos que tardarás en hacer el plato, desde 15 minutos hasta 45, lo cual es muy útil a la hora de escoger una receta. Tiene además unos gráficos que me fascinan de ideas sobre aliños y sus variantes, tipos de ensalada … Da también buenos consejos de cómo optimizar el tiempo en la cocina, algo en lo que yo pongo mucho énfasis cuando doy mis talleres.

Anna Jones, que tiene un libro anterior también súper recomendable, trabajó en varios restaurantes y fue colaboradora de Jamie Oliver como estilista y escritora gastronómica, y todo eso se percibe a lo largo de todo el libro.

Unas de las primeras recetas que hice fueron sus crackers, que ella define como alucinantes. Yo quise comprobarlo, inclinada también por mi innata predilección hacia las cosas crujientes. Lo que más me gusta no es sólo el sabor que tienen, sino el hecho de que son básicamente semillas, copos de avena y agua. Es decir que además de buenos y sencillos, estás dando algo súper nutritivo de manera súper fácil.  Lo mejor es que aguantan mucho tiempo crujientes (algo muy agradecido si vives como yo en zona de mucha humedad). Son perfectos para llevar a cualquier lado, desde la playa, al campo o al trabajo acompañando tu comida. Es una manera perfecta para sustituir el omnipresente pan (sobretodo si es malo), picos, colines o tortitas de arroz (también demasiado omnipresentes para mi gusto). Y lo mejor de todo es que puedes customizarlos a tu gusto, desde el tipo de semillas que quieras poner, hasta las especias que más te gusten.

El único punto crítico que veo, es que ella aconseja estirar la masa a 1/2 cm, pero para mi es demasiado grueso y opto por al menos 0.3 o mejor 0,2 cm. Así tendrás un crujiente más liviano y más cantidad…

Puedes hacer la mitad de la receta la primera vez para ver si te convencen.

Espero que os gusten tanto como a mi.