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Lo bueno de la improvisación, es que a veces, sin proponértelo, te salen cosas más que decentes, e incluso ricas. Y eso, además de resultar bastante grato, es un recordatorio de que no se puede tener todo bajo control y organizado, lo cual es bastante liberador, al menos en mi caso.
Este plato es perfecto para este momento otoñal, a casi un paso del frío invernal. Aunque aquí en Mallorca, parece que al frío le cueste llegar.
Constituye por si solo un plato completo de origen completamente vegetal, lo cual permite darle un respiro al reino animal si por un casual abusas de él y no se te ocurren alternativas.
Añadir algas y miso es una forma de redondear el plato y hacerlo aún más nutritivo por su gran aporte en minerales. Un par de ingredientes que trato de incluir semanalmente, una o dos veces por lo menos. Pero a veces se me olvida. Por eso, este plato, reuniendo a ambos, resulta muy práctico.
Por un lado el miso es un producto fermentado, es decir “vivo”, así que fíjate bien que no esté pasteurizado. Esa fermentación ayuda a la digestión a través de sus enzimas, además de ser una gran fuente de vitaminas y proteína. Es muy importante no hervirlo para que no pierda estas propiedades!. Cuando tu sopa o guiso estén acabados, deshaces un poco de miso con un poco del caldo en un vaso y lo incorporas a la cazuela con el fuego apagado. El miso también lo puedes usar en frío, añadiéndolo a una vinagreta o salsa aportando todas esas cualidades nutricionales, además de un sabor particular. Como es un ingrediente salado, has de tenerlo en cuenta a la hora de añadir la sal.
De la gran variedad de algas que existen, he escogido el arame porque su sabor se marida muy bien con los garbanzos. Contiene una gran cantidad de yodo, calcio y hierro. Las algas en general tienen la capacidad de arrastrar metales pesados que haya en el cuerpo, reducen el nivel de colesterol en la sangre y sobretodo son una fuente inagotable de minerales facilmente asimilables por nuestro organismo, además de su gran poder alcalinizante. Y como no, son sinónimo de sabor a mar.
En la receta yo pongo una serie de verduras concretas, porque era lo que tenía a mano en ese momento, pero puedes escoger lo que tengas por casa. Y las patatas las puedes sustituir por arroz o mijo si prefieres.
Ingredientes
1 puerro laminado
¼ de ramita de apio picada
½ cebolla laminada
3 dientes de ajo picados
1 bulbo de hinojo laminado
½ tsp de comino en grano
½ tsp de cúrcuma
1 tsp de 4 especias, o la mezcla que te guste
2 patatas medianas cortadas en cubos pequeños
1 boniato pequeño cortado en cubos
2.5 gr de alga arame
250 gr de garbanzos cocidos
Un manojo de espinacas, acelgas, col, algo de hoja verde.
30 gr de miso
Salsa de soja y pimienta al gusto
Preparación
- 1.Deja a remojo en 1.5l de agua, las algas, durante 15 min. Mientras, rehoga en un poco de aceite de oliva, la cebolla. Añade el apio, el puerro, y el hinojo y rehoga 5 min más.
- 2.Incorpora el ajo y las especias y a los 2 min la patata, el boniato y las algas que habrás colado y reservado el agua! Incorpórala entonces, y llévalo todo a ebullición.
- 3.Deja cocer 15 min, o hasta que la patata esté tierna y añade el verde laminado y los garbanzos. Apaga el fuego a los 5 min.
- 4.Diluye con una cuchara el miso con un poco del agua de cocción hasta que tenga una consistencia cremosa. Incorpóralo al guiso y rectifica con un poco de salsa de soja.
- 5.Si lo tienes que recalentar acuérdate de que no hierva!
- 6.Y recuerda que un guiso que ha reposado 24 horas sabe mejor…
Me encanta