Desayunos + snacks / Dulces + postres / Recetas / sin gluten / vegano

Me pongo a escribir estas líneas  y parece que han pasado siglos desde la última vez que lo hice. Cómo si lo de tener un blog de cocina hubiera sido algo que hice en otra vida jeje. Pero aquí estoy de nuevo, escribiendo y esperando que puedas disfrutar muy mucho de la receta que te traigo hoy. Y sinceramente, me da muchísima alegría poder compartirla, porque sé que que much@s confiáis de lleno en todo lo que os propongo. Pero el momento de la vuelta era importante para mi que llegara porque tenía ganas y energía. No quería que fuera en ningún modo forzado por ningún tipo de presión personal ( léase perfeccionista que quiere hacerlo todo y bien) ni exterior. Y como en mi aprendizaje personal de estos últimos años, el ir soltando cosas innecesarias en mi vida se ha ido convirtiendo en una prioridad, he dejado espacio a que el momento de sentarme aquí y de escribir una nueva receta llegara solo. Y así ha sido. Sin forzarlo.

No puedo asegurar mi  presencia aquí como antaño, ya que la panadería/pastelería que he montado junto a mi marido, me quita absolutamente todo mi tiempo y energía ( lo que me queda es para mi pequeño), y el tiempo que antes tenía para hacer dos mil pruebas de ideas, dos mil fotos, se ha borrado del mapa. Las únicas pruebas que hago ahora, son de cosas dulces para la tienda, por eso la de hoy, y posiblemente, las futuras, sean recetas de pastelería. Lo cual tampoco está mal! Porque lo que no cuaje (o cambie) en la tienda,  pero considere que es una buena idea para el blog, haré lo posible porque te llegue.

La receta de hoy es producto de una de esas pruebas. Es la enésima variante de un bizcocho que quería simplificar al máximo y quería que fuera algo rico para los peques y que además fuera una opción para que mi hijo lo pudiera llevar al cole el día que comparten la merienda.

Es además un opción perfecta para cuando tienes plátanos muy maduros y no sabes que hacer con ellos en invierno( en verano los puedes congelar para batidos o helados).

Como siempre he intentado reducir al máximo el azúcar, aunque sea de coco, fomentando el uso naturalmente dulce del propio plátano, de dátiles y de la leche de almendra. Esta última, es evidentemente casera y sin filtrar, endulzada de forma natural. La receta de esta leche express sin filtrar la puedes ENCONTRAR AQUI.

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Una cosa importante a tener en cuenta cuando lo hagas, ya sea en muffin o bizcocho es que no conviene que tenga mucha altura porque sino parecerá un poco pastoso. Por eso el muffin tiene una altura mediana y el bizcocho es  plano pero alargado.

El formato bizcocho es perfecto para llevar a una fiesta, merienda o brunch.

Nota importante para organizarse bien: si te gusta la receta, la siguiente vez que los hagas, haz el doble y congela la mitad. Así tendrás un dulce para cuando no tengas nada a mano ya que al ser pequeños, se descongelan rápido y mantienen una buena textura.

A mi hijo le encanta cortarse trocitos dentro de su yogur natural y  así endulzarlo y darle una gracia. puedes añadirle unas nueces por encima y tendrá una merienda o desayuno súper energético.

Te dejo algunas ideas de toppings o cambios que puedes añadir:

• 60 gramos de chocolate picado y pepitas de choco.
• 40 gramos de nueces picadas o cualquier otro fruto seco que te guste
• en verano puedes poner por encima en vez de plátano, melocotón pelado o cerezas ( sin hueso), en otoño pera..
• Puedes cambiar la cantidad de harina de arroz, por harina de sarraceno.
• Puedes simplificar aun más la receta poniendo sólo dos harinas en vez de tres: 170 gramos de copos de avena molidos y 100 gramos de harina de almendra.

Si lo haces en formato bizcocho alargado, la cocción será un poco más larga, unos 10 minutos más, aunque eso dependerá de tu horno y de tu molde, lo importante es que tenga un bonito color dorado.

Espero que la disfrutes mucho mucho!