Desayunos + snacks / Dulces + postres / Recetas / sin gluten / vegano

Aquí estoy sentada de nuevo delante de lo que ahora parece que fue mi vida hace ya siglos. Desde que abrí mi negocio hace ya casi un año y medio, sentarme delante del ordenador para poner al día el blog ha sido una misión imposible. No imposible, porque si me hubiera empeñado, lo hubiera hecho, pero el aprendizaje de soltar lo que no es prioritario, no querer llegar a todo y condensar tu energía en lo realmente importante, se convirtió en mi mayor reto. Pero lo voy logrando.

Volver al mercado laboral, siendo de nuevo empresaria, autónoma y madre, han supuesto un salto bestial. Si a esto le sumamos el añadido del comienzo de las obras de nuestro futuro hogar, os podéis imaginar el plan. Ha sido un año muy difícil, pero de gran gran aprendizaje. Como suele ocurrir, cuando hemos de avanzar y soltar lo que no nos sirve.

La receta que os propongo hoy, aunque me he dado cuenta de que la penúltima del blog también era un bizcocho de plátano jaja, nace del reto de poder hacer un bizcocho de plátano sin  gluten ( y ya de paso sin lácteos), ya que mucha gente celíaca me preguntaba y venían a mi taller de bizcochos que daba en el local. Ya sabéis que yo no soy partidaria de utilizar ingredientes como goma xantana o goma guar presentes en los productos sin gluten, asi que el reto era que fuera un cake con altura, húmedo y blandito. Lo primero fue empezar por lo fácil que fue añadir huevo para darle cuerpo y ayudarle a subir. Tras varios intentos y saturación máxima a mi alrededor al ir probando cada prueba, conseguí lo que quería. Gustaba a la gente  y a los niños, lo cual siempre es un punto muy positivo.

Pero después empecé a pensar que seguramente en el taller habría alguien que me preguntaría cómo hacerlo sin huevo. Así que decidí también ponerme ese reto, hacerlo vegano y sin gluten. Pero sin usar productos no naturales como los mencionados antes, ni margarinas, ni lácteos industriales veganos.

Para mi sorpresa simplemente tuve que hacer unos pequeños ajustes para que quedara exactamente igual. Es verdad que sube un pelín menos que el otro, pero no se nota apenas y la textura es idéntica. Así que esto merecía una gran celebración! Y esa alegría mía se trasformó en unas ganas enormes de compartirlo en el blog para que podáis hacerlo!

Evidentemente es un bizcocho que lleva a azúcar añadido, el cual he intentado reducir al máximo para que no afectara al resultado final, ya fuera en la textura o en el sabor. He usado el plátano, la compota y los dátiles para endulzar de forma natural rebajando la cantidad final de azúcar. Recordar que aunque tenga las etiquetas de vegano y sin gluten, es una elaboración para darnos un capricho, o para merendar el fin de semana con los amigos.

Espero de corazón que lo disfrutéis muchísimo y os caliente el corazón en estas últimas semanas de invierno.

P.D: versión con huevo: quitar compota de manzana, lino y vinagre de manzana, poner 40 gr leche de almendra ( en vez de 50) y un huevo.