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Apenas faltan unos días para que empiece el curso y todas las novedades que ello conlleva, pero yo he decidido anticiparme con esta receta, que ahora que los días empezarán a ser menos calurosos, nos apetecerá más encender los fuegos y cocinar cosas ricas para la familia.

La primera vez que las hice este verano, fue en la celebración del cumple de mi peque ya que tiene un amigo que no toma huevo, ni trigo, ni lácteos y aunque en la fiesta había crêpes a la francesa tradicionales, hice esta versión para que él pudiera también comer. Quedaron tan ricas, con una textura húmeda tan agradable, y me pareció una opción tan saludable para toda la familia, que decidí mejorarla durante el verano para compartirlas por aquí.

Y aquí llegan por fin!

Lo interesante de esta receta es que es muy fácil de hacer y tiene pocos ingredientes que además son fáciles de encontrar. Evidentemente la clave es el plátano, que aporta dulzor y textura a la mezcla. Así que cuando tengáis plátanos pochos, pensad en esta receta! El azúcar de coco, aunque es una cantidad muy pequeña, lo puedes omitir si tienes peques de 1 año o 2. U omitirlo simplemente si no quieres ningún azúcar añadido.

Es importante recordar que el trabajo que requiere hacerlas, es como el de cualquier masa de crêpes, y que si tenéis dos sartenes, en 15 minutos podríais tener las 12 unidades hechas. Es también un momento que puede ser aprovechado para hacer algo en familia, para que vuestr@s hij@s aprendan a usar ingredientes naturales, a compartir un momento cocinando junt@s,  que para mi es un momento sagrado de transmisión de saber y respeto hacia un@ mism@, los demás,  y sintiendo una gran gratitud hacia lo que la naturaleza nos ofrece. Y no, no pasa nada porque al principio no salgan perfectamente redondas, eso se irá cogiendo con la práctica y esa es una gran lección también de paciencia y  perseverancia.

La leche que uséis ha de estar ligeramente dulce para no tener que añadir más dulce. Yo he usado la que tenéis en instagram de almendra sin filtrar  endulzada con dátiles o una comprada un dia que era de arroz y coco, pero no llevaba ninguna azúcar añadido.

Os aconsejo comprar copos de avena en vez de harina, porque la textura que dan es distinta. Os recomiendo un día moler tandas de 200 gr x 3,  en una termomix o vitamix o lo que tengas, y guardarlo en un bote hermético. Lo mismo para el lino (en un molinillo moler 100 gramos en 2 veces y guardarlo en la nevera) y así tendréis las dos cosas siempre listas cuando hagáis las crêpes.

Una vez hechas, aguantan varios días en la nevera y conservan muy bien la humedad. Su sabor a plátano se intensifica con el reposo y están mejores al dia siguiente.

Si queréis hacerlas de cacao basta con añadir a la parte de lo «seco»,  2 tbsp de cacao en polvo ( pero aconsejo no omitir el azúcar de coco).

Los rellenos que podéis añadir pueden ser realmente los que vuestra imaginación os inspire. Como ya están bien dulces, añadirles simplemente una crema de frutos secos (no azucarada), ya sea almendra, cacahuete (como en la foto) o tahine para mi es suficiente . Pero podéis también añadir mermelada, fruta, o esta crema de algarroba del blog que le irá genial.

Fundir al baño maría un poco de chocolate y repartirlo por encima las crêpes enrolladas, es el toque final si os apetece rizar el rizo!

Espero que las disfrutéis mucho y se queden en vuestro cuaderno de recetas familiares.

Gracias por estar ahi,

María.