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Que no. Que no he retocado las fotos. Que el color es real e increíble. Es pura magia. Metes todos los ingredientes en la batidora, le das al botón y zás! Abres y parece que un mago hubiera pasado por ahí haciendo un truco de colores.

La primera que vez que lo hice fue el otro día en un taller de cocina que dí y francamente os diré, que no había hecho ninguna prueba previa para ver lo que salía. Una cosa es tener una idea en la cabeza de algo que has tomado en un restaurante y otra, que te salga eso mismo por primera vez delante de unos alumnos. Arriesgado? Sí. Pero a veces la confianza acompaña y he de decir, que no sólo sorprendí a todos los asistentes, sino que yo misma no daba crédito. Era el mismo color, o incluso más fuerte que el de mi añorado Can punta. Un pequeño restaurante cerca de Palma, en la zona de Portixol, enfrente de un pequeño puerto de pescadores, que desafortunadamente cambió de dueños al final de la temporada pasada. Los domingos en su mini terraza con el sol y el mar mallorquín y su deliciosa comida, eran un auténtico lujo. Además de que el encargado, Dani era un encanto.

Allí servían un humus de remolacha con alcaparras, cebolla y pan tostado por encima que estaba de muerte. Desde que lo habían puesto en la carta, rara era la vez que no me lo pedía. Ahora por lo menos, después del disgusto de saber que ha cambiado de dueños, me consolaré haciéndomelo en casa. Pero ese color….ay! Es que alegra a cualquiera!

La receta es súper fácil y con pocos ingredientes. Razones suficientes para hacerla este fin de semana. Y si tienes la suerte de haber sido invitado a comer a casa de alguien, o eres tú el que invitas, o incluso, si te vas de excursión, por favor llévatelo y observa la cara de la gente.  Sólo tienes que tener los garbanzos cocidos ( lo perfecto sería que los hubieras cocido tú, y si no, cómpralos en botes de cristal y enjuágalos bien) y la remolacha hervida. Por favor, la remolacha, antes de comprarla ya cocida, cómprala fresca y cuécela tú. No cuesta nada! Solamente hay que ponerla a hervir entera hasta que esté blandita.

Ahora te dejo que practiques, que yo me voy a organizar el próximo taller, donde, quién sabe, igual me sale otra cosa de color mágico, sin haberlo preparado!