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Qué ocurre cuando empiezas a preparar tu propia comida en casa en vez de comprarla? Pues que una indescriptible sensación de felicidad te invade. Todos sabemos que es imposible hacerlo todo en casa y que obviamente cada uno tiene unas prioridades y escoge entre millones posibilidades. Puedes escoger dependiendo de la dificultad de encontrar un determinado producto de calidad en el mercado, o en lo fácil de la preparación, o en el ahorro que supone o simplemente por la gratificación personal que te aporta elaborarlo.
El ghee es tal vez, una mezcla de todos: es fácil de hacer, sólo necesitas un ingrediente, ahorras dinero y sabes que lo has hecho tú.
Pero primero de todo: qué es el ghee?
Basicamente consiste en clarificar mantequilla, transformándola en un alimento con innumerables propiedades y una de las mejores grasas para cocinar a altas temperaturas (saltear, freír, hornear..) sin que se oxide o se queme. Esto me lleva a recordados que el aceite de oliva NO es lo más adecuado si lo calientas demasiado ya que se oxida y deja de ser sano. Por eso el ghee se transforma en un súper aliado. Lo más importante a tener en mente al elaborarlo es que la mantequilla sea ecológica y de calidad.
Su origen Indio es antiquísimo en la literatura Védica se le conoce como «oro líquido y alimento sagrado». Alimenta el cerebro (un órgano que necesita grasa de la buena!), por su efecto lubricante en el sistema nervioso favoreciendo la estabilidad mental. Facilita la digestión y la absorción de minerales y vitaminas de los alimentos que la acompañen. Es un antioxidante natural que además provee energía. Como se transforma en pura grasa al clarificarla, las proteínas caseina y lactosa desaparecen, y por lo tanto es adecuado para personas con intolerancia a la lactosa.
Y no olvidemos su delicioso sabor! El otro día hice una masa de espelta muy sencilla con ghee y la textura y el sabor eran espectaculares.
Si planeas hacerla por primera vez, te recomiendo hacerla sin las especias y dejarte guiar por el color y el olor.
Ingredientes
500 gr de mantequilla sin sal ecológica
5 semillas de cardamomo (opcional)
1 tsp de cúrcuma (opcional)
Preparación
- En un cazo alto y de fondo grueso, funde la mantequilla con el cardamomo machacado y la cúrcuma.
- Prepara un bol pequeño al lado con una espumadera y un bote de cristal amplio con un colador metálico y una gasa por encima (la gasa es opcional pero quedará más fino).
- Cuando la mantequilla empiece a hervir reduce el fuego al mínimo y deja que empiece a aparecer la primera espuma de burbujas que irás limpiando ya que son las impurezas de la grasa, sin remover (mira la foto).
- Deja la espumadera cuando veas una espuma de burbujas mucho más pequeñas que sube un poco y no te alejes! Cuando empiece a oler a croissant estará listo! Inclina un poco el cazo y si ves que en el fondo hay partículas tostadas, retíralo del fuego y cuélalo.
- El color debería ser ámbar.
- Deja que se enfrie a temperatura ambiente y tápalo cuando esté frío.
- Lo puedes conservar tres meses fuera de la nevera o un año en frío . Yo sólo lo meto en la nevera en los meses de verano cuando hace mucho calor.
- Disfruta!
Gracias por tus maravillosas recetas, con esas fotos preciosas.
Te quería comentar acerca de ésta.
Yo no tomo lácteos por varias razones, pero centrándonos en el tema salud,; al ser un lácteo el ghee, ¿sigue siendo saludable?
Muchas gracias
Ups, perdona
A veces leo en diagonal y pasa lo que pasa.
Acabo de leer que comentas que la lactosa y la caseína «desaparacen»
Perdona….
😉
Gracias Elisa por tu comentario y tu interés! si quieres saber más sobre el ghee, busca en internet «ghee y salud». Pero como todo, siempre hay que buscar la moderación y lo que nos sienta bien. Besos
Gracias x este post! Es justo lo que estaba buscando porque quiero hacer ghee con especias inspirándome en la medicina ayurveda, y no sabía cuándo se añaden.
Además me gusta mucho la información que das, completa y fácil de leer.
Un beso!